Escritora, ejerció el periodismo durante largos años, residió en diferentes países, y actualmente vive en Berlín y Buenos Aires. Es autora de las novelas Tanta Vida, Sobre Vivientes y Berlín es un cuento. Tradujo la poesía de May Ayim al español. Es compiladora de las antologías Comer con la mirada; Vivir en otra lengua. Literatura latinoamericana escrita en Europa y Miradas sobre América: Crónicas de viaje, exilio y migración. Junto con Sandra Bianchi es coautora de Cartón Lleno. Breve muestra de la microficción en Argentina. La editorial española Mirada Malva publicó Mi Berlín, crónicas de una ciudad mutante, una selección de sus artículos periodísticos que registran la vida cotidiana de la capital alemana antes y después de la caída del muro.
LOS AMIGOS (Prólogo del libro)
QUERIDO JULIO:
Una vez más le escribo una misiva porque desde mi primera carta, va para un año, han sucedido cosas que me parece importante comentarle, pues de alguna manera le atañen, ya que tienen que ver con personas y situaciones conocidas por ambos. Le comenté en la primera correspondencia mi nostalgia por la imposibilidad de encontrarlo por París, esa ciudad que usted convirtió en latinoamericana, así les pese...
Le hago está acotación porque fue su amigo, y ahora mío, quien se hace llamar José Alias, entre otras chapas menos conocidas, el que me regaló un libro de autor donde cuenta sus andanzas con usted y con Carol, las cartas que se cruzaron y las fotografías que los fijan en los lugares que compartieron en Madrid y en París. Por José ratifique lo ya sabido, su enorme capacidad de ternura y su proverbial manera de convertirse en un pastor de nubes. El libro, que leí de un tirón en un viaje de Madrid a Granada, me conmovió por su sinceridad y por ser un homenaje a la amistad, me hizo recordar también varios pasajes de su obra, entre ellos el que le cito y me perdona si encuentra alguna pretensión de sabiboberia o de arrogancia.
Insisto en lo que dije a José cuando me pidió mi comentario sobre su primer intento libresco, “este libro, me emocionó mucho, no sólo por lo que cuenta, sino por ser un sincero y cálido homenaje a la amistad”. Así que más que una mera crónica de una amistad, este libro es una personal y singular manera de expresar el especial cariño que tenemos por los amigos y que se da a través de los años o de pronto en una noche de plegarias gozonas, reunidos en esos templos de oración verdadera que dice el sufí que son los bares.
Documentar la amistad es algo que olvidamos o dejamos de lado, inmersos como estamos en un mundo dispuesto a robarnos el alma, a esquilmarnos la fantasía como bien lo alerta Michael Ende en ese bello libro La historia interminable, que tendría que convertirse en lectura obligada para estos aciagos tiempos, pero del que me temo los hombres de gris que nos roban el tiempo han conculcado todos sus ejemplares. Porque documentar la amistad es poner en evidencia que recuperamos la ternura, la ternura de hombres a la que estamos obligados si queremos participar nuevamente del afecto, de la comunión de lo humano. De ahí la importancia de libros como el que José Alias nos entrega en esta nueva edición y frente al que no puedo dejar de aplaudir como si al terminar su lectura me encontrara en un tiempo donde los cielos de todas las rayuelas se conjuraran para derrotar por fin el lado oscuro del espejo.
Y, en fin, tal vez sobra decirlo, pero Julio y Carol, es un texto obligado para esa legión de cronopios que diseminados por el mundo todavía se emocionan cuando en la esquina de un parque se escucha la algarabía de los loros.
(Omar Ortiz. Tuluá, Colombia. 2015)
22.4.16
Carta de Esther Andradi desde Berlín a Granada para la presentación del libro sobre Julio y Carol
Escritora, ejerció el periodismo durante largos años, residió en diferentes países, y actualmente vive en Berlín y Buenos Aires. Es autora de las novelas Tanta Vida, Sobre Vivientes y Berlín es un cuento. Tradujo la poesía de May Ayim al español. Es compiladora de las antologías Comer con la mirada; Vivir en otra lengua. Literatura latinoamericana escrita en Europa y Miradas sobre América: Crónicas de viaje, exilio y migración. Junto con Sandra Bianchi es coautora de Cartón Lleno. Breve muestra de la microficción en Argentina. La editorial española Mirada Malva publicó Mi Berlín, crónicas de una ciudad mutante, una selección de sus artículos periodísticos que registran la vida cotidiana de la capital alemana antes y después de la caída del muro.
25.10.15
CAPÍTULO PRIMERO (extracto)
23.10.15
Contenido
CERCANA PRESENCIA
EL SEGUNDO VIAJE
22.10.15
EXTRACTOS DE LA NOTA FINAL
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Por Ignacio Ramírez
Cortázar, ese amigo cariñoso, vive en el libro de aquel punk
El libro con Julio Cortázar y Carol Dunlop, de José Alias está vivo. Llegué a él por el final, porque allí se cuenta la muerte de Julio Cortázar y cómo el autor compartió una petaca de whisky junto a la tumba donde lo acababan de dejar junto a su amada Carol, su tercera y definitiva mujer, con otros tres que habían estado un rato antes en el sepelio. Uno de ellos, era ya mi amigo, ahora dos más lo son. José en ese tiempo era punk y así lo recordó alguien muchos años después y dio el alerta para que se reencontraran y nos regalaran otra historia inacabada.
Esta historia sirvió para que tomara contacto con José Alias y me llegara su libro (edición anterior) vía internet, en formato digital y luego en papel, con su dedicatoria cariñosa.
Para no darle más vueltas, el libro es una maravilla, cuenta la historia de la amistad del autor con Julio Cortázar y Carol Dunlop, a los que llegó vía Daniel Moyano, el entrañable autor de El vuelo del tigre, una de las más bellas novelas argentinas escritas en el exilio, y de la notable El oscuro, premiada por la revista Primera Plana con un jurado integrado por García Márquez, Marechal y Roa Bastos.
José fue muy amigo de Moyano, quien sobrevuela su libro, y desde él tendió el puente hacia Cortázar y Carol, con los que compartió entrañables jornadas parisinas y con los que cruzó hermosas cartas que están reproducidas en el libro con fotos y otras delicadezas visuales y documentales...Es preciso y precioso en su marcha hacia lo más íntimo de Cortázar, hacia su hacer y decir cotidiano, hacia su manera amable y cortés de vivir para sus amigos. José Alias lo cuenta de un modo tan pudoroso, tan despojado de arrogancias o jactancias que el lector siente por momentos que el mimado es él mismo, que Julio Cortázar posa sus atenciones en ese lector intruso, intermediado por los ojos y los sentires de Alias, que todavía lo recuerda todo, como si hubiese sido ayer.
Jaime Correas
Domingo, 11 de mayo de 2014 |A Fondo
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